viernes, 23 de diciembre de 2011

¡Feliz Navidad!


Como no podía ser de otra forma os felicitamos la Navidad a todos los lectores del blog con un nuevo vídeo. La protagonista naturalmente es Cristina. Esperamos que os gusten y que vuestras Navidades sean tan felices como lo es Cristina en el vídeo.

¡Feliz Navidad!

viernes, 16 de diciembre de 2011

¿Quieres un Kit-Kat?

Si hay algo que le guste a Cristina sobre cualquier otra cosa eso es el chocolate. Si fuese por ella lo estaría comiendo a todas horas, por ello en nuestra casa está racionado.

Pero de vez en cuando aparecen -dejados por el Ratoncito Pérez- chocolatinas y bombones.

Cristina que sabe que no puede comer mucho chocolate, sin embargo lo intenta por todo los medios, aunque eso signifique compartirlo. Así fue cuando quiso comerse un kit-kat, pero previamente tenía que conseguir nuestro permiso más o menos tácito.

Uno por uno nos fue preguntando a todos y obteniendo la misma respuesta:
- "Papá ¿quieres chocolate?"
- "No, gracias"
- "Leyre, ¿quieres chocolate?"
- "No, gracias"
- "Tía Gemma, ¿quieres chocolate?"
- No gracias"
- "Mamá ¿quieres chocolate?"
- "No, gracias"

Por una vez se puso en nuestro lugar y pensó que le daríamos la excusa para poder comerse la chocolatina. Le salió mal, pero rápidamente encontró la solución:  -"¡Pues me lo como yo!"

viernes, 2 de diciembre de 2011

Un cerebro con limitaciones

Supongo que Cristina tendría 6 años cuando le pusimos delante de ella un papel y nos escribió su nombre. No recuerdo por qué razón le dimos el papel y el lápiz, quizás porque nos dijeron en el cole que ya lo sabía escribir.

Sí que recuerdo lo que sentí cuando se lo vi escribiendo: Mi primera sensación era que estaba soñando. La segunda -después de darme cuenta de que estaba despierto- era que no me podía creer lo que estaba viendo.

Tuve que pedir a mi cerebro un sobreesfuerzo para  que lo que mis ojos veían, lo procesase, asimilase y finalmente  sacase la siguiente conclusión: -"Cristina ya sabe escribir"

También recuerdo que me aguanté las lágrimas de la emoción -otra limitación de mi cerebro- porque el momento merecía haber derramado alguna.